Anteojos con cámara: un video muestra cómo se habría copiado un aspirante en medicina

- Según dijeron desde el Gobierno, se trata de un médico graduado en una universidad ecuatoriana. Casi 270 postulantes que obtuvieron más de 86 puntos en el examen deberán volver a rendirlo por las sospechas de fraude.
Tras las sospechas de un número llamativo de notas sobresalientes en el examen de ingreso a las residencias médicas que se tomó el 1° de julio en todo el país, se viralizó un video en redes sociales que muestra cómo con el uso de anteojos inteligentes Ray-Ban Meta, un postulante logró filmar las 100 preguntas, las cuales -deducen fuentes oficiales- fueron luego enviadas a terceros que resolvieron la prueba, en un ida y vuelta mantenido en varias salidas al baño.
No llama mucho la atención que el material filtrado (por el usuario de X @matubeltran) haya sido grabado (informaron desde el Gobierno) en la sede porteña de Parque Roca, famosa por tener la asistencia más masiva, en comparación a otras del país. Este año, de hecho, tuvo casi 6.000 médicos graduados intentando dar la prueba, y ya en la misma jornada del examen trascendió que "la sede porteña fue un lío, todo desorganizado y sin control”, confió una fuente del sector a Clarín, quien agregó que “se vio demasiada gente yendo y viniendo infinidad de veces del baño”.
Arrancada la mañana, este diario consultó a las autoridades si habían confirmaron la autenticidad del video. Si bien en un principio respondieron que se estaba investigando su veracidad, avanzado el día informaron que "el video es real", y aseguraron que se trató del segundo intento consecutivo de ingreso a las residencias médicas de parte de la persona en cuestión. "El año pasado sacó 43/100 y este año, 92/100. Comprobamos que esta persona rindió en la Villa Olímpica", apuntaron desde la cartera que maneja Mario Lugones.
con los anteojos inteligentes Ray-Ban Meta, un postulante logró filmar las 100 preguntas
En su análisis de la grabación, el Ministerio de Salud aprovechó para criticar a las autoridades porteñas, alegando que, en Parque Roca, "la responsabilidad sobre la seguridad y fiscalización del procedimiento —incluyendo el control para evitar copias— estuvo a cargo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por ser su jurisdicción. Siempre fue así: la Ciudad tiene a su cargo la organización operativa del lugar y las condiciones del examen".
Apenas difundió la sospecha de fraude, el Gobierno nacional había apuntado que la mayoría de los involucrados eran egresados de universidades extranjeras. Con este video -dan a entender-, algo de esa sospecha se confirma, ya que el postulante que utilizó las gafas inteligentes es de nacionalidad ecuatoriana. Sin embargo -pudo confirmar Clarín con fuentes reservadas-, no faltan egresados de universidades argentinas que, en un fuerte contraste con su promedio de carrera, se sacaron notas por encima de 95.
Pero el margen de las nacionalidades de los que presuntamente cometieron fraude, el escándalo derivó en una decisión por la que el Gobierno vino siendo especialmente criticado: haber decidido que todos los postulantes que aplicaron para la carrera de Medicina y que obtuvieron una nota encima de los 86 puntos (esto es, 268 personas) deben volver a rendir el examen entre el 4 y el 7 de agosto.
Según comunicaron este viernes, “un comité de expertos conformado por representantes de los ministerios de Salud de la Nación, Ciudad de Buenos Aires y Provincia de Buenos Aires analizará la coherencia entre los antecedentes académicos y los resultados del examen".
Sumaron que, "en los casos de alta congruencia, se los convocará a una validación oral para que confirmen la nota". En tanto, "quienes no acrediten esa consistencia deberán realizar una evaluación escrita".
Examen de residencias y lentes inteligentes
Si la modalidad del fraude se cometió como comunican las fuentes oficiales, la complicidad de la tecnología de última generación en este tipo maniobras deberá ser un foco de alerta en el ámbito educativo. Pero, ¿qué son exactamente los anteojos Ray-Ban Meta?
Lejos de ser un simple accesorio de moda, estas gafas son el resultado de la alianza entre Meta (compañía detrás de las redes sociales Facebook, Instagram y WhatsApp) y la icónica firma de anteojos Ray-Ban.
Equipados con cámaras de alta resolución (generalmente de 12 megapíxeles), permiten grabar videos y tomar fotos en primera persona, con una discreción ciertamente inquietante. Tienen altavoces casi invisibles en las patillas, que dirigen el sonido directo al oído del usuario, lo que facilita la escucha de audios o incluso llamadas, y micrófonos para interactuar o grabar conversaciones.
Todo se controla mediante comandos de voz y se conecta al teléfono vía Bluetooth y Wi-Fi, lo que los convierte en una especie de extensión del smartphone, pero con la ventaja de pasar inadvertidos.
Y es el caso de lo que se ve en el video que acompaña estas líneas: casi tres minutos de una persona que parece estar, no leyendo dedicadamente pero, podría decirse, “sobrevolando” o mirando “en diagonal” su examen, y para eso pasa, página por página, parsimoniosamente, las 100 preguntas impresas en hojas amarillas de la prueba de residencias médicas, que en el mismo día (y a través de tres cuestionarios distintos) le permitirán aplicar a una vacante en las carreras de Medicina, Bioquímica y Enfermería.
Residencias médicas: el análisis del Gobierno
Según transmitieron desde el Ministerio de Salud, los postulantes que cometieron fraude "filmaban la hoja con los anteojos, salían al baño, y ahí mandaban el video o imágenes a alguien que les resolvía el examen desde afuera. Después volvían al aula con las respuestas. Era un ida y vuelta bastante sofisticado, pero efectivo".
Aunque que "lo más llamativo es que un grupo de chicos —en su mayoría ecuatorianos— iba al baño varias veces durante el examen, mucho más que el resto. Esa era la clave: el baño era el momento de contacto con el celular para enviar el examen filmado y recibir las respuestas. Ahí se resolvía todo".
"Esto explica, en parte, cómo aparecieron puntajes altísimos en postulantes de universidades que históricamente no figuraban entre los primeros 500 del ranking, y que este año metieron a varios entre los primeros 30. El salto fue tan abrupto que la curva estadística directamente se rompe", sumaron.
También informaron que, "según la CONEAU, el Consejo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CACES) de Ecuador —organismo similar a la CONEAU— no cuenta con reconocimiento por parte de la World Federation for Medical Education (WFME), lo cual otorga reconocimiento global a los títulos argentinos en Medicina; no ha sido validado por el Sistema Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (SIACES); ni ha efectuado presentaciones ante el Mecanismo de Acreditación Regional de Carreras Universitarias del MERCOSUR (ARCU-SUR), lo cual limita en parte su comparabilidad directa".
En definitiva, concluyen desde la cartera que maneja Mario Lugones, "los títulos de Ecuador, específicamente, no tienen respaldo internacional comparable al de los títulos argentinos".
La explicación continúa aclarando que, "en muchas universidades ecuatorianas, los promedios académicos no incluyen las materias desaprobadas, lo que genera una distorsión significativa del rendimiento real del estudiante. Esto impide hacer una comparación objetiva con los egresados del sistema argentino, donde los aplazos sí se computan. Por eso, los promedios provenientes de esos sistemas no pueden considerarse indicadores confiables de mérito académico y deben ser analizados con especial cautela al momento de evaluar la congruencia entre trayectoria y resultado en el examen".