El Rojo ganó con autoridad en la Bombonera, mostró cosas de su estirpe y eliminó a Boca, uno de sus rivales preferidos. 

 

Los de Vaccari festejaron en La Boca (fotobaires)

 

No sé si voy a poder explicarle al ajeno que puede entrar a ver esta columna lo que siente ahora el hincha de Independiente después del 1 a 0 a Boca. La clasificación conseguida en la Bombonera es un abrazo fuerte, de corazón y sincero. El Rojo eliminó a uno de sus rivales favoritos con autoridad, un golazo y un sabor a revancha luego de tanto palo. El equipo de Julio Vaccari le devolvió el autoestima a un club que otra vez con la receta de la casa festejó del otro lado del Riachuelo.

Uno de los responsables de esa recuperación de la confianza es Kevin Lomónaco, el crack que juega de marcador central. El que marca, recupera, gambetea y manda a todos para adelante. Uno de esos jugadores que parece tener las condiciones elegidas por un hincha de Independiente en alguna app de IA. El defensor que agarra el tridente y lo sale a ganar con 'pierna fuerte y templada', un mantra inoxidable que nació en el himno del Rojo y que llega a estos días. Pregúntenle hasta a Nicolás Tagliafico, que adoptó esa linea para describir su juego luego de la goleada de Argentina ante Brasil. Otro de esa raza de jugadores que cómo Cumbia tanto nos gustan.

 

La satisfacción de Lomónaco tras la victoria de Independiente ante Boca

Independiente en este 2025 también tiene en Álvaro Angulo a un abanderado del estilo del club con la determinación para anunciar un gol en La Boca y cumplirlo de esa manera. Porque lo del colombiano es algo a lo que lamentablemente nos habíamos desacostumbrado. Tiene apenas un puñado de meses en el club y hoy jugó como referente. El lateral es de esos que como Lomónaco y Felipe Loyola no tienen la camiseta de Independiente en talle S o M, sino que parece que se les hizo a medida en un sastre diabólico.

Angulo cumplió con su promesa y marcó el primero de Independiente ante Boca

El Rey de Copas jugó un partido a la altura de las circunstancias, porque ahora los del bando derrotado expondrán sus actuales miserias para minimizar el triunfo, pero eso es tema de ellos. Que se ocupen allá de su grieta, sus interinatos y esos atronadores silbidos que sonaban de fondo entre los abrazos rojos en el medio de la Bombonera. Hasta pudo ser mejor y más lujoso pero por suerte para el árbitro Nicolás Ramírez, que ridículamente le pidió a Santiago Montiel que no intente ningún chiche, no lo fue. Qué complicado debe ser dirigir en un deporte que no te gusta.

Pero no hace falta seguir ocupando espacio con algún accionar infame del juez de turno. Independiente le volvió a cortar una racha invicta a Boca cómo en el 2011, 2000 o 1999 y dejándolo afuera en un mano a mano como supo hacer en Libertadores, Supercopa, Sudamericana y en el plano local. Demasiado mérito para un club que lleva décadas dando ventaja.

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Como ya dije en el comienzo, espero que esto se comprenda. Respeto enormemente a Huracán, el rival de las semifinales que viene de un gran 2024 y un 2025 con grandes resultados, con un arquero de nivel superlativo, un equipo aguerrido que también sabe jugar y que tiene hambre.

Por eso deseo profundamente que el entrenador y el plantel rojo ya estén pensando en el duelo con el complicado cuadro de Frank Kudelka, porque sinceramente yo pienso disfrutar este triunfo hasta un minuto antes de empezar el duelo ante los Quemeros. El hincha de Independiente lo entiende, hermano.